Ana Bordallo, maestra, pedagoga y madre, nos preparó una inteligentísima sesión en la que participamos jugando.
Nos situó frente a un espejo ante el que poder reconocer nuestra actitud frente al juego en la vida cotidiana.
Nos llevamos una conclusión muy importante: los adultos no dejamos un tiempo exclusivo para que niños y niñas jueguen libremente porque creemos que hay otras cosas más importantes, se llamen repaso, judo, inglés, fútbol o divisiones.
Fue un verdadero privilegio, sea dicho en su más amplio sentido, escuchar a Ana, que nos emplazó a seguir reflexionando sobre este tema tan importante.
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